La construcción programada de un mundo imaginario digital

Toda imagen digital carece de sentido sin el acto humano, es el aparato digital hoy, una herramienta de creación contemporánea que modifica nuestro modo de ver.
El mundo digital ha sido el gran imperante, novedoso de diferentes sistemas de representación, donde mediante la programación y la abstracción del referente según Fruzzer, le damos espacio en el mundo real. Estas imágenes técnicas, son generadas por el aparato digital, que lo define como el dispositivo que a través de un programa y un funcionario (el artista), genera imágenes. En el caso, de ser imágenes digitales, estas imágenes, son reveladas por otros aparatos digitales que traducen su composición de códigos binarios en una imagen convertida en luz. – Esta es una simulación y sin el aparato digital, nuestra imagen no existe -. Si nada lo tradujese, serían grupos de símbolos organizados carentes de sentido, entonces entenderíamos los símbolos, pero no así el porqué, están agrupados. Podemos decir ahora que la imagen en este plano es dependiente de una programación, un aparato y un funcionario.
Según Deleuze, y su término “endoconsistencia”, como el conjunto de diferentes conceptos que se articulan para dar sentido a un concepto como tal, en la imagen, que se define como una superficie con significado, el carácter digital, ha modificado esta articulación, relacionando entonces, que cada concepto tiene historia y que seguirá modificándose al pasar el tiempo, a medida que la tecnología digital, por ejemplo, cada vez, se haga más evidente y cotidiana, donde estas estén al alcance de entendimiento de todas las generaciones. “La incidencia de la tecnología digital en la producción, la circulación y el consumo de imágenes fotográficas se estaría tratando con poca seriedad, encarándose el tema únicamente como impacto de una tecnología sobre otra. Así, el significado social y cultural del cambio tecnológico se estaría deduciendo demasiado directamente de lo que se presume son rasgos de cada tecnología” (Mitchell 1992 y Plant 1993). Cito esto ya que es de suma importancia entender cómo este nuevo mundo tecnológico, marca una nueva era en la imagen, siendo esta, una construcción mediante la programación, modificando, su “endonconsistencia”, como concepto imagen, a la sociedad y su forma de ver.
Vuelvo a Fruzzer para mencionar que en este estudio, el funcionario que opera el programa del aparato para generar imágenes digitales, será fundamental. Visualizándolo no sólo como un operario, sino como un individuo inserto en el espacio contemporáneo, donde recurre a estas herramientas digitales para manifestar su mundo simbólico. Para explicar esto es necesario inmiscuirse con la Teoría Lacaniana, quien entiende que el imaginario se relaciona con un “concepto” componente del ser humano, de su mundo psíquico o interno, el cual por sí sólo no basta, debe ser capaz de buscar un modo de manifestación que sólo es posible para Lacan, a través de un modo simbólico; lenguaje, escritura, dibujo, etcétera. Sin esto, explica, es como quedarse atrapado en una imagen ajena sin diferenciación. Según Zizek, estudioso de Lacan, dice “Lo Real se opone a lo Imaginario y está más allá de lo Simbólico, porque está fuera del lenguaje, sin embargo, es una “falta fundante” que articula el espacio simbólico. Lo Real es, en definitiva, aquello que se resiste a cualquier simbolización: es imposible (porque no puede ser integrado al orden simbólico) y esta condición le otorga un carácter traumático y reprimido”(Zizek 2006:.The Pervert’s Guide to Cinema). Se refiere entonces que la articulación entre, lo real, lo simbólico y lo imaginario son los componentes del ser humano (Desde la perspectiva de Deleuze, seria para Lacan y Zizek su endoconsistecia).Según mi relación, lo simbólico, es una articulación siempre carente de un sentido único que permite la manifestación de un sujeto que desea. Según Zizek y Lacan, a grandes rasgos, la imagen, siempre se distorsiona desde la mirada porque implica por naturaleza que quien mira tiene constitutivamente una estructura simbólica, por ende faltante. Es decir, siempre se mira desde el sujeto deseante que somos y del modo histórico que hemos construido nuestro mundo interno, no existen dos miradas iguales, ni trazos que se puedan representar del mismo modo para el psiquismo humano, la imagen sale hacia afuera, pero retorna distorsionada al sujeto.
Entonces es el mundo digital hoy una herramienta para crear nuestras propias imágenes del mundo interno donde dependemos constantemente de un aparato y una programación para hacerlas existentes, esta forma de hacer y de manifestarnos, remplaza a las artes tradicionales y le da un carácter diferente, no existe soporte físico, hay un soporte virtual donde las comunicaciones se ven agilizadas, los mundos internos van siendo modificados por el flujo constante de estas imágenes, las cuales a la misma vez, nos representan como espejo.
La falta de corporeidad en las comunicaciones y como estas imágenes digitales comienzan a desplazar a aquellas que tiene referentes reales y las trasladan al mundo meramente documental, siendo también un rasgo potencialmente consumible en el mercado, pero marcando y acotando el espacio de la realidad y la fantasía. En la publicidad, sin embargo, estas delimitaciones se ven perdidas, y no existe diferencia entre, el mundo imaginario y el mundo documental, mostrándonos entonces imágenes donde estos dos rasgos se unen para ofertar de una manera fantástica un producto, servicio o un lugar, dándole nuevos sentidos, Realzando sus características, generando una imagen espectacular de lo ofertado, donde nosotros sentimos cierta adicción a desear y el mercado aprovecha de cultivarnos constantemente esta sensación
Estos medios de representación, no siempre se refieren a una imagen referente, sino también a situaciones, sensaciones, deseos y valores. Imágenes que nos son construidas, para crearnos una realidad diferente o enseñarnos el resultado de nuestros deseos como un bien alcanzable, mediante el consumo, con esto me refiero a que la imagen digital nos presenta nuestros sueños cumplidos y para acceder a ellos debemos consumir, y al ser consumidos, volvemos a desear lo nuevo. A la misma vez, este imaginario personal, representado por el mercado con sus diferentes ofertas nos enseña una manera de ver, diferente históricamente a las otras épocas de la imagen, nuestro régimen escópico, que según el autor, Fernandez Navarro, es aquello que cada era considera verosímil en relación a lo visible. Este concepto alude a la existencia de un cierto modo de ver corriente en cada época y determinado por un conjunto de aspectos históricos. Esta nueva técnica, junto a esta nueva forma de ver, provocaría entonces la construcción real, en el mundo digital de nuestro mundo imaginario. Zizek da cuenta de cómo las ficciones estructuran nuestra realidad, de modo que la verdad de ésta deba ser buscada dentro de la ilusión y no detrás de ella. El mercado utiliza esto como manera de atraer al consumidor, como también es para los artistas una forma de crear, de expandir y de comunicar.
. “el deseo es una herida de la realidad. El arte del cine consiste en despertar el deseo, jugar con él, pero al mismo tiempo, domesticarlo, hacerlo palpable y mantenerlo a una distancia prudente” (Zizek, The Pervert’s Guide to Cinema; 2006), con esto me facilita aclarar que el mercado no te da lo que deseas, sino que te dice cómo desear, y esa satisfacción del deseo nos hace según Zizek seguir continuamente deseando. Pero esta sensación de desear constante, no solo cabe en el mundo de la publicidad y su consumo, si no también estamos constantemente juzgando nuestra manera o forma de deseo, donde la tecnología digital nos facilita las herramientas para construir este imaginario y hacerlo real. No por casualidad muchos jóvenes en las plataformas cibernéticas, redes sociales, etcétera, crean su propio mundo y desde allí se comunican, utilizando imágenes digitales como carta de presentación de sus mundos internos o imaginarios, trasladándolos al plano real. En base a esto dice Jaques Lacan “Lo Imaginario, lo Simbólico y lo Real son los tres principales registros en la constitución de la psique. El orden de lo Imaginario tiene su base en la formación del ego en el estadio del espejo, es decir, en la identificación con la propia imagen especular. Lo Simbólico es la dimensión lingüística y está construida en base a las diferencias entre los significantes. También es el espacio en donde el sujeto se articula socialmente: es el goce sujeto-sociedad, donde aparecen las reglas sociales, las valoraciones ideológicas, la formación del deseo, las identidades, etc. El inconsciente –el discurso del Otro– está estructurado como un lenguaje, y es, a la vez, el campo de la Ley que regula el deseo. La entrada del sujeto al orden simbólico (es decir, del lenguaje) supone una pérdida de goce – jouissance – que la fantasía intenta ocultar “(Lacan). Según Zizek “la fantasía es una forma que tienen los sujetos para organizar este goce perdido, de manejar o domesticar esta pérdida traumática que no puede ser simbolizada” (Chronology. Slavoj Zizek- Key Ideas).
Cuando hablamos de esto entonces, junto a la época de las imágenes, donde construimos a partir de aparatos digitales, imágenes que nos representan, el referente como objeto, es nuestro propio mundo interior que sea construido a base de otras imágenes, dejando de lado al referente real, dándole otro sentido al referente. El objeto echo cercanía, del que habla Benjamin, es remplazado por nuestro mundo interno donde le incrementamos a ese objeto, nuestro deseo y nuestro reflejo. Así es como el artista conjuga y articula el referente con su propio mundo interno y genera imágenes que sin un soporte digital, se convierte algo intangible. Ningún aparato pude generar por si sólo estas imágenes que contienen significados, ya que es necesario incluirle lo simbólico. Se me ocurre el siguiente ejemplo, si ponemos 20 computadores, sólo programados para hacer imágenes, estos 20 computadores van a generar las mismas imágenes, ahora si ponemos esos 20 computadores programados por 20 operarios diferentes, cada una de las 20 imágenes, van a ser diferentes y tendrán cada una de ellas un sentido propio, donde los espectadores podrán ver en ellas una imagen que al mezclarse con su mundo interno genera otra con un sentido diferente al que trabajo el autor. Es así como, vivimos y creamos en la actualidad, y el aparato digital nos aleja del objeto referente, y este objeto representado en la imagen se convierte en nuestra realidad interna, sin necesidad de la existencia de él, en el mundo externo o plano real.
Así concluyo, que el mundo digital, es una nueva herramienta de creación, donde utilizamos estas herramientas para manifestar nuestro mundo interno y nuestra mirada, la cual al generarse imágenes nuevas, esta mirada va cambiando y convertimos como realidad ese mundo virtual. Seria fatídico pensar que los aparatos digitales mueran, porque con ello, moriría nuestra manera de comunicarnos y de representar, no existiría forma de traducir esas agrupaciones de símbolos, códigos binarios en imágenes. Entonces hoy el artista digital es dependiente del aparato, como también el aparato es dependiente de un acto humano y su mundo interno.

Andrea Granados 2012
Bibliografía
– Gilles Deleuze,” ¿Qué es la filosofía?”
– Villem Fluzer, “Una filosofía de la fotografía”
– Walter Benjamin, “La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica”
– Hernandez-Navarro, “El archivo escotómico de la modernidad “
– Octavi Comeron, “Arte y Postfordismo”
– Lacan y Zizek “Myers, Tony y lacan.com. Chronology. Slavoj Zizek- Key Ideas”
– Mitchell, W. J. (1992) “The Reconfigured Eye: Visual Truth in the Post-Fotographie”
– Plant, S. (1993)”Beyond the screens: Film, Cyberpunk and Cyberfeminism” , Variant, 14, verano.

Deja un comentario